sábado, 17 de mayo de 2008

Veinte tipos de tontos

La Tontería y los Tontos en el
Análisis de Tomás de Aquino

L. Jean Lauand
Universidade de São Paulo
jeanlaua@usp.br

Los tontos son legión. Esta verdad que viene confirmada por la autoridad de Dios (como si hiciera falta revelación de una tal perogrullada) es citada más de veinte veces por Tomás de Aquino, que la lee en Ecle 1, 15: "stultorum infinitus est numerus", sentencia de Salomón, dicha en un momento de vehemente desahogo y bajo los efectos del vino (2, 3). Los necios -dice, por su vez, el salmo (118, 12)- "me rodean como avispas".

Pero no sólo hay infinitos tontos, sino que los hay de distintas formas: unas más ligeras; otras, más graves; hay tonterías inocentes; otras que son grave pecado... A lo largo de toda la obra del Aquinate(1), encontramos toda una tipología de tontos: asyneti, cataplex, credulus, fatuus, grossus, hebes, idiota, imbecillis, inanis, incrassatus, inexpertus, insensatus, insipiens, nescius, rusticus, stolidus, stultus, stupidus, tardus, turpis, vacuus y vecors.

En este artículo examinaremos brevemente -nada más que algunos apuntes- estos más de veinte tipos de tontos presentados por Tomás, algunas de las causas, efectos y los remedios -en la medida en que quepa remedio...- de la tontería.

Por lo pronto, Tomás hace la comparación con los animales. Si en español "asno" se emplea para designar una persona ruda y de muy poco entendimiento y, en portugués, "burro" es ya la primera palabra para designar la poca inteligencia, Tomás, por veinte veces, compara el insipiente al jumento: porque los animales actúan movidos por la pasión (el perro nada más se irrita empieza a ladrar; el caballo, cuando tiene un deseo, relincha etc.(2)). Y el insipiente, que dimite de la razón (de su honor, que es la razón, como repite Tomás), se reduce a un asno o jumento:

"Cum esset praeditus lumine rationis, sicut homo in honore constitutus, noluit illo lumine regi, assimilatus est jumentis insipientibus, et ideo facit sicut jumenta..." (In Ps. 48, 10).

Se le compara al asno, porque el asno es asno, animal estulto:

"Quia asinus est animal stultum, unde dicitur asinus, idest insensatus. Sic homo insensatus..." (Super Ev. Matt. cp 21 lc 1).

"Comparatus est iumentis insipientibus, et similis factus est illis etc. et alibi Ps. 31, 9: nolite fieri sicut equus et mulus, in quibus non est intellectus" (Super Ev. Matt. cp 10 lc 2).

Y, como veremos, el tonto stolidus, es parangonado a la oveja. El problema de la tontería se cifra siempre en el buen juicio sobre la realidad y sobre todo de los agibilia. Si sensatus es el hombre razonable, con sentido común, en lo que se refiere a las acciones particulares; a los insensati o asyneti les falta el sentido para estas acciones (Tomás agudamente hace notar que no se puede decir de niños que sean insensatos, sino sólo de adultos).

"Insensatus autem proprie dicitur qui sensu caret" (Super ad Gal. cp3 lc 1).

"Unde secundum synesim dicuntur in graeco aliqui syneti, idest sensati, vel eusyneti, idest homines boni sensus, sicut e contrario qui carent hac virtute dicuntur asyneti, idest insensati (II-II, 51, 3, c).

"Dicitur enim aliquis insensatus, si in aetate perfecta discretione careat, non autem in puerili aetate" (In Met. X, 6, 20).

Una primera característica de diversas formas de tontería es la parálisis. Ocurre por ejemplo en el stupidus (que, por veces, Tomás designa por cataplex -"cataplex, id est stupidus" Sent. Libri Ethic. II, l. 9, 11), que recibe este nombre precisamente de una como que parálisis que le sobreviene por stupor. El estupor es distinto de la admiración: ésta es una actitud positiva que acaba por requerir la disquisición; aquélla, la impide:

"Admirans refugit in praesenti dare iudicium de eo quod miratur, timens defectum, sed in futurum inquirit. Stupens autem timet et in praesenti iudicare, et in futuro inquirere. Unde admiratio est principium philosophandi, sed stupor est philosophicae considerationis impedimentum" (I-II, 41, 4 ad 5).

La parálisis es común a otros tipos de tontos: acomete también al torpe, de ahí que ya Isidoro de Sevilla recoja la curiosa etimología del pez torpedo, que entorpece los miembros de quien le toca (Etym. XII, 6, 45).

Tomás incluye el estulto entre los paralizados y citando a Isidoro, hace derivar el mismo nombre stultitia de stupor:

"Nomen stultitiae a stupore videtur esse sumptum, unde Isidorus dicit, in libro Etymol., stultus est qui propter stuporem non movetur" (II-II, 46, 1 c).

Además de la parálisis, otro factor importante en la caracterización de la tontería está en la (falta de) sensibilidad: en ese mismo artículo, distinguiendo entre estulto y fatuo, dice que la estulticia comporta embotamiento del corazón y hace obtusa la inteligencia ("stultitia importat hebetudinem cordis et obtusionem sensuum").

La fatuidad es la total ausencia de juicio (el estulto tiene juicio pero lo tiene embotado...). De ahí que la estulticia sea contraria a la sensibilidad de quien sabe: sabio (sapiens) se dice por saber (/sabor): así como el gusto discierne los sabores el sabio discierne y saborea las cosas y sus causas: a lo obtuso se opone la sutileza y la perspicacia de quien sabe:

"Fatuus caret sensu iudicandi; stultus autem habet, sed hebetatum; sapiens autem subtilem ac perspicacem") (II-II, 46, 1, c).

La metáfora del gusto, de la sensibilidad en el gusto como paradigma para quien sabe saborear la realidad encierra una de las principales tesis de Tomás sobre la tontería. En el comienzo de la I-II, por ejemplo, discutiendo cuál es el fin último del hombre, considera la objeción de que la felicidad estaría en el dinero pues esa es la opinión común... Y contesta: "'Todo se sujeta al dinero' es lo que afirma la legión de estultos que saben sólo de bienes corporales, que el dinero puede comprar. Pero el juicio sobre el bien humano no lo debemos tomar de los estultos sino de los sabios, lo mismo que en cosas de sabor preguntamos a quienes tienen paladar sensible" (I-II, 2, 1, ad 1)(3).

Se trata siempre de una percepción de la realidad: lo que de hecho es amargo o dulce, parece amargo o dulce para quienes poseen una buena disposición de gusto, pero no para aquéllos que tienen el gusto deformado. Cada cual se deleita en lo que ama: a los que padecen de fiebre se les corrompe el gusto y no encuentran dulces cosas que en verdad lo son...

"Similiter etiam amara et dulcia secundum veritatem videntur illis qui habent gustum bene dispositum, et calida his qui habent tactum bene dispositum, et gravia bene diiudicant illi, qui habent virtutem corporalem bene dispositam. his enim qui sunt debiles etiam levia videntur gravia". (Sent. Libri Et. III, 10, 6).

Cuando busca caracterizar el estulto - la estulticia como opuesto a la sabiduría - se refiere propiamente al no darse cuenta de la conexión entre medios y fines:

"In rationali vero respectu finis, stultitia, ut non afficiatur aliquis debite ad finem, et contra hanc est sapientia" (In III Sent. d 34 q 1 a 2 c).

"Et ideo Gregorius sapientiam contra stultitiam ponit; quae importat errorem circa finem intentum" (In III Sent. d 35 q 2 a 1 c).

Además, el actuar del estulto sigue a su falso juicio que tiene por bien lo que no lo es:

"Quia rectum iudicium habet de omnibus, quia circa unumquodque recte dispositus est, sicut qui sanum gustum habet, recte iudicat de sapore; solus autem spiritualis bene dispositus est circa agenda; et ideo ipse solus de eis bene iudicat" (Sup. ad Gal. cp6 lc1).

Tomás distingue entre la estulticia especulativa y la práctica: hay gentes muy limitadas de inteligencia pero que saben bien actuar; hay, en cambio, personas inteligentísimas que son estultos en su actuar:

"Peccatum dicitur tenebra, quia intellectus obtunditur. Contra, multi peccatores inveniuntur qui habent optimum intellectum ad capiendum. Et dicendum, quod loquitur de obtusione intellectus practici, secundum quod omnis malus est ignorans; et non de obtusione intellectus speculativi". (In IV Sent. d 18 q 2 ar5 cex)

En otro lugar, Tomás, siempre atento al lenguaje, distingue entre el estulto, que no asciende a los conocimientos superiores; el insipiente, que no saborea su dulzura y el vecors, a quien le falta corazón para decidirse:

"Stultus, quantum ad cognitionem divinorum, insipientes, quantum ad experientiam dulcedinis ipsorum; vecordes, quia sine corde quantum ad electionem agibilium" (In Hier. cp 4 lc 7).

Y luego indica otra distinción entre el insipiente y el estulto: el insipiente puede tener conocimientos terrenos pero no los eternos, mientras el estulto carece aún de los conocimientos terrenos:

"Differentia est inter insipientem et stultum. Insipiens est qui habet scientiam humanam, et non considerat aeterna; stultus est qui non considerat etiam praesentia. Vel insipiens est qui non attendit mala praesentia, sed futura; stultus est qui attendit et non vitat; unde dicit, simul insipiens et stultus peribunt" (In Ps 48, 4).

Otra característica del insipiente es creer -también él- que todos tienen su condición: "cum ipse sit insipiens, omnes stultos aestimat" (II-II, 60, 3). Y cuando considera la etimología, hace notar que el insipiente es el insapiente, el no-sabio, que no saborea la sabiduría divina:

"Unde cum contradicat sapientiae divinae, vocat eam insipientem. Quasi dicat: insipiens..." (Super I ad Cor. XI-XVI cp15 lc5).

"Vir insipiens contemnit cognitionem divinorum" (In Ps 52, 1).

Otra constante en diversos tontos es que son obtusos, lo que se opone a la agudeza; lo agudo penetra en la realidad: de ahí que se hable de "sentidos agudos" e "inteligencia aguda", que penetra hasta en lo íntimo de la realidad. Lo contrario de agudo es hebes:

"Hebes acuto opponitur. acutum autem dicitur aliquid ex hoc quod est penetrativum. unde et hebes dicitur aliquid ex hoc quod est obtusum, penetrare non valens. Sensus autem corporalis per quandam similitudinem penetrare dicitur medium inquantum ex aliqua distantia suum obiectum percipit; vel inquantum potest quasi penetrando intima rei percipere. Unde in corporalibus dicitur aliquis esse acuti sensus qui potest percipere sensibile aliquod ex remotis, vel videndo vel audiendo vel olfaciendo; et e contrario dicitur sensu hebetari qui non percipit nisi ex propinquo et magna sensibilia. Ad similitudinem autem corporalis sensus dicitur etiam circa intelligentiam esse aliquis sensus" (II-II 15, 2, c).

Lo obtuso puede ser pecaminoso, culpable.

"Et ratio huius est, quia obtusi sunt sensus eorum, id est ratio eorum hebes est, et sensus eorum imbecilles et obtusi sunt, nec possunt videre claritatem divini luminis, id est divinae veritatis, absque velamine figurarum. et huius ratio est quia claudunt oculos, ut non videant, quia velum templi scissum est. et ideo est ex eorum culpa infidelitatis, non ex defectu veritatis, quia, remoto velamine, omnibus aperientibus oculos mentis per fidem clarissime veritas manifestatur" (Super II ad Cor cp 3 lc 3).

Y

"Augustinus dicit in IV Musicae, quod anima per peccatum facta est imbecillior. Diminuitur ergo bonum naturae in ipsa per peccatum" (De malo q. 2, a. 11, sc3).

De ahí también los errores crasos, gordos, groseros y las metáforas de la grosería del intelecto o del corazón: incrassatus.

"Ideo cor populi huius, idest mens, incrassatum est, idest excaecatum. Quare? Quia sicut ad visionem corporalem puritas requiritur, sic ad spiritualem. unde intellectus dicitur vis superior, quoniam maxime spiritualis. incrassatur intellectus, quando applicatur grossis et terrenis" (Super Ev. Matt. cp 13 lc 1).

Le falta sensibilidad también al stolidus, incapaz de relacionar el efecto a su causa:

"Designatur enim per hoc maxime hominis stoliditas, quod tam manifesta Dei signa non percipit; sicut stolidus reputaretur qui, hominem videns, eum habere animam non comprehenderet" (CG III, 38, 5).

Este es comparado a la oveja:

"Per ovem, quae est animal stultum, significatur hominis stoliditas..." (Super Ev. Io. cp 2 lc 2).

Y -siguiendo a Aristóteles- afirma que los stolidi por antonomasia son los celtas:

"Potest autem dici insanus, sicut dicitur de celtis qui sunt stolidi" (Tab. L. Eth. cp t).

Entre las causas morales de la percepción de la realidad, se destaca la buena voluntad que es como una luz, mientras la mala voluntad sumerge a uno en las tinieblas del prejuicio:

"Responderunt ergo discipuli: et nos homines fuimus, rustici et obscuri in plebe; vos sacerdotes et scribae: sed in nobis bona voluntas facta est quasi lucerna rusticitatis nostrae; in vobis autem malitia facta est quasi caligo scientiae vestrae" (Catena Aurea in Mt cp 19, lc 7).

Otro punto importante en el análisis de la tontería es que hay -y es algo evidente- grados de inteligencia (y de tontería...): el rústico no se puede comparar al sutil filósofo:

"Adhuc ex intellectuum gradibus idem facile est videre. Duorum enim quorum unus alio rem aliquam intellectu subtilius intuetur, ille cuius intellectus est elevatior, multa intelligit quae alius omnino capere non potest: sicut patet in rustico, qui nullo modo philosophiae subtiles considerationes capere potest" (CG 1, 3, 5).

Y ahí encontramos otro tipo: el idiota. Siempre atento a los orígenes de los nombres, Tomás hace notar que idiota, propiamente significa aquel que sólo conoce su lengua materna:

"Idiota proprie dicitur qui scit tantum linguam in qua natus est" (Super I ad Cor. 11-16, 14, 3).

Pero el sentido se extiende: se trata principalmente del cultivo de la inteligencia. El tonto por no cultivado es el idiota. Así, en el texto citado de la Contra Gentiles, Tomás confronta el "intellectus optimi philosophi" al "intellectus rudissimi idiotae" y afirma que el idiota toma por falso lo que él no puede comprender. Es en general el inexpertus ("non habens scientiam acquisitam") como aquel esclavo ignorante del Ménon de Platón (I, 84, 3, 3).

Tomás habla incluso de la contraposición entre atletas instruidos e idiotas, es decir rudos sin experiencia:

"Et simile est de athletis, idest pugilibus fortibus et instructis cum idiotis, idest rusticis inexpertis" (Sent. Libri Ethic. III, 16, 11).

El rústico se asombra de lo que desconoce (y que para otros es harto conocido y no despierta admiración):

"Potest autem causa effectus alicuius apparentis alicui esse nota, quae tamen est aliis incognita. Unde aliquid est mirum uni, quod non est mirum aliis; sicut eclipsim solis miratur rusticus, non autem astrologus" (I, 105, 7).

Imbecillis se refiere a la flaqueza en general (moral, de ánimo, de la fe etc.) y no especialmente a la intelectual. En todo caso, Tomás habla de imbecillitas intellectus, imbecillitas sensus y de imbecillitas mentis. Se refiere así a los tardos en comprender:

"Ipsorum tarditatem ad ea capienda, ibi quoniam imbecilles" (Super ad Hebr. cp 5 lc 2)

Y a la dificultad de aprehensión intelectual directa sin comparaciones:

"Et ratio huius est, quia obtusi sunt sensus eorum, id est ratio eorum hebes est, et sensus eorum imbecilles et obtusi sunt, nec possunt videre claritatem divini luminis, id est divinae veritatis, absque velamine figurarum" (Super II ad Cor. cp 3 lc 3).

Imbecilidad es además no superar el nivel primario de la inteligencia, que no supera lo sensible, como es el caso del politeísmo:

"Primum est imbecillitas intellectus humani. Nam homines imbecillis intellectus non valentes corporalia transcendere, non crediderunt aliquid esse ultra naturam corporum sensibilium; et ideo inter corpora illa posuerunt praeeminere et disponere mundum, quae pulchriora et digniora..." (In Symb. Ap. ar 1).

En relación a Dios, todo hombre es tardo de intelecto (Dios lo conoce todo en un solo acto) y por tanto, para aprender, requiere muchas metáforas. Un intelecto elevado, de pocas cosas extrae mucho conocimiento y los tardos necesitan de muchos ejemplos para entender:

"Deus enim per unum, quod est sua essentia, cognoscit omnia: homo autem ad diversa cognoscenda diversas similitudines requirit. qui etiam, quanto altioris fuerit intellectus, tanto ex paucioribus plura cognoscere potest: unde his qui sunt tardi intellectus, oportet exempla particularia adducere ad cognitionem de rebus sumendam". (CG II, 98, 12)

Los más tardos se resisten a atinar con la realidad y dan interpretaciones groseras: la voz que glorifica a Jesús en el Evangelio es tomada por los más groseros por trueno:

"Quidam erant grossioris et tardioris intellectus, quidam vero acutioris; (...) Desidiosi et carnales non perceperunt vocem ipsam nisi quantum ad sonum; et ideo dicebant tonitruum factum esse" (Super Ev. Ioh. cp 12 lc 5).

El nescius es el ignorante, con ignorancia culpable o no:

"Sicut autem Caiphas nescius dixit: oportet unum hominem mori pro populo, sic milites nescientes faciunt" (Cat. Aur. Mc cp 15 lc 3).

El crédulo es superficial en el creer:

"Quod esse credulum in vitium sonat, quia designat superfluitatem in credendo, sicut esse bibulum super-fluitatem in bibendo (De Ver. I, q. 14, a. 10, ad 6).

Interpretando el versículo de Mt 5 22: "El que llame a su hermano racha, será reo ante el Sanedrín", Tomás discute los posibles significados de racha: según Jerónimo, racha indica el inanis, vacuus (que tiene la cabeza vacía, hueca, sin cerebro).

"Hieronymus. Vel racha hebraeum verbum est, et dicitur chenos, idest inanis aut vacuus, quem nos possumus vulgata iniuria absque cerebro nuncupare" (Cat. Aur. in Mt cp 5, lc 13).

No siempre el problema de los tontos es un problema de intelecto propiamente. Pues si el intelecto no es potencia corpórea, sin embargo necesita en su operación de las potencias corporales como la imaginación, la memoria y la cogitativa. Y si las operaciones de éstas sufren algún impedimiento por parte del cuerpo no puede darse buen funcionamento del intelecto.

"Sciendum est tamen quod, licet corpora caelestia directe intelligentiae nostrae causae esse non possint, aliquid tamen ad hoc operantur indirecte. Licet enim intellectus non sit virtus corporea, tamen in nobis operatio intellectus compleri non potest sine operatione virtutum corporearum, quae sunt imaginatio et vis memorativa et cogitativa, ut ex superioribus patet. Et inde est quod, impeditis harum virtutum operationibus propter aliquam corporis indispositionem, impeditur operatio intellectus: sicut patet in phreneticis et lethargicis, et aliis huiusmodi. et propter hoc etiam bonitas dispositionis corporis humani facit aptum ad bene intelligendum" (CG III, 84, 14).

Tras ese recorrido un tanto inquietante -esos tontos siguen siendo actuales...-, terminamos recogiendo brevemente las indicaciones que Tomás da de los remedios contra las tonterías (propias o ajenas).

Primero, hay que recordar que entre las obras de misericordia, las más importantes, las siete "limosnas espirituales", tres guardan relación más o menos directa con nuestro tema: soportar a los molestos ("portare onerosos et graves"), enseñar al que no sabe ("docere ignorantem") y dar buen consejo al que lo ha menester ("consulere dubitanti").

El remedio -cuando lo hay...- es así propuesto por Tomás: "Las deficiencias espirituales se socorren con obras espirituales de dos modos. Uno, pidiendo auxilio a Dios y para esto está la oración. (...) Contra las deficiencias del intelecto especulativo, el remedio es el estudio, la doctrina; contra las deficiencias del intelecto práctico: consilium, la deliberación y el consejo" (II-II, 32, 2).


(1). Las búsquedas en hipertexto fueron hechas sobre el texto latino de la edición electrónica de Roberto Busa Thomae Aquinatis Opera Omnia cum hypertextibus in CD-ROM. Milano, Editoria Elettronica Editel, 1992.

(2). "Secundum dicit, comparatus est jumentis. Bruta animalia operantur ex passione; et hoc patet, quia canis statim cum irascitur, clamat, equus cum concupiscit, hinnit; sed non imputatur eis, quia carent ratione. Si ergo homo statim cum concupiscit, sequitur passionem, et iratus percutit, comparatus est in agendo jumentis insipientibus: ps. 31: nolite fieri sicut equus et mulus etc. (In Ps. 48, 6).

(3). "Ad primum ergo dicendum quod omnia corporalia obediunt pecuniae, quantum ad multitudinem stultorum, qui sola corporalia bona cognoscunt, quae pecunia acquiri possunt. Iudicium autem de bonis humanis non debet sumi a stultis, sed a sapientibus, sicut et iudicium de saporibus ab his qui habent gustum bene dispositum".

jueves, 15 de mayo de 2008

Dos Martinez de Hoz

El primero:
"...También hubo traidores como aquel José Martínez de Hoz, que fue nombrado por Beresford como Administrador de la Aduana, y que inmediatamente redujo los derechos de importación de los productos británicos."

"...Muy por el contrario, eran la manifestación de las imperiosas necesidades nacionales de lograr el desarrollo de una economía estancada, en un territorio lleno de recursos naturales. Aquellos visionarios como Eduardo Olivera, José Martinez de Hoz y otros auténticos forjadores de nuestro suelo, cristalizaron sus anhelos, el 10 de julio de 1866, con la fundación de la Sociedad Rural Argentina...".

El segundo:
José Alfredo Martínez de Hoz (h), apodado Joe, (n. 13 de agosto de 1925) es un político, economista, abogado y profesor universitario argentino, célebre sobre todo por su participación como ministro de Economía de la última dictadura militar argentina autodenominada Proceso de Reorganización Nacional entre 1976 y 1981. La tarea de Martínez de Hoz como ministro, tal como la expresó en la presentación de su Plan Económico el 2 de abril de 1976, era la de detener la inflación y estimular la inversión extranjera. Apoyado en la estricta prohibición de la huelga o cualquier otra forma de protesta sindical, Martínez de Hoz decretó el congelamiento de los salarios. La apertura arancelaria que impuso, con el objeto expreso de incrementar la competitividad de la industria nacional, tuvo efectos desastrosos sobre ésta, que se redujo ante la imposibilidad de competir con la producción extranjera; los subsidios a la producción se eliminaron por completo, etc, etc.


miércoles, 7 de mayo de 2008

Tres Alsogarays

Ironía de la historia: última batería en apagarse en Vuelta de Obligado.-

Este artículo es un homenaje a un militar patriota y corajudo, que de joven no podía pagar la escuela de su hija mayor. En una carta dirigida a un amigo, el oficial cuenta que lleva 32 días sin un centavo en sus bolsillos y que duerme sobre la tierra, tapado con un poncho. Sin embargo, dice que está dispuesto a enfrentar “a cuanto pícaro gringo hay en el mundo”

Desde luego que no se trata el capitán-ingeniero-economista Álvaro Alsogaray, apodado El Chancho en los años 60, sino su bisabuelo. El 20 de noviembre de 1845, el Alzogaray de este relato participó como oficial de la marina argentina en un desigual combate: estuvo al mando de uno de los cañones que desde las orillas del río Paraná enfrentaron a la poderosa escuadra naval anglo-francesa en la Vuelta de Obligado. La historia registra que peleó hasta que se le acabaron las balas. Su cañón, denominado Restaurador, fue el último en dejar de disparar contra el enemigo.

“Salud y ganas de pelear”

La batalla entre los criollos y los invasores extranjeros había comenzado a las ocho y media de la mañana. El historiador José María Rosa relata: “Alsogaray es quien más ha resistido: a las cuatro de la tarde le quedaba un solo tiro y, con serenidad, cargó un cañón y disparó la última andanada”. Rosa escribe Alsogaray con la letra ese, tal como se conoce en la actualidad, pero en aquella época el apellido original era con zeta.

Hasta ese día, Álvaro José de Alzogaray era un casi desconocido oficial. Había nacido en 1811 y descendía, por el lado materno, de judíos portugueses que se radicaron en Brasil. En la familia de su madre –según la revista Nº 11 del Instituto de Ciencias Genealógicas, publicada en 1955- había “penitenciados de la nación hebrea” que se convirtieron al catolicismo. En Brasil se les conoce como “cristianos novos”; en el México virreinal, curiosamente, se les llamó “marranos”.

Alzogaray había sido ayudante del almirante Guillermo Brown durante la guerra contra el Imperio de Brasil (1825-1828). Se destacó en 1844 bajo las órdenes del marino irlandés, cuando las fuerzas patriotas tomaron Maldonado, en la Banda Oriental. El fundador de la marina de guerra argentina no hablaba castellano; el joven lugarteniente, en cambio, sabía inglés y era el encargado de traducir sus órdenes a la tripulación y la tropa.

El oficial Alzogaray no ganaba mucho y además, como estaban en guerra, cobraba su salario cuando podía. En una carta a un amigo, redactada antes del enfrentamiento en la Vuelta de Obligado, narra que lleva 32 días sin un centavo en sus bolsillos y que duerme sobre la tierra, tapado con un poncho. Pero ahí está, auténticamente al pie del cañón. “Aún hay salud y ganas de pelear a cuanto pícaro gringo hay en el mundo”, asegura. Sin embargo, le preocupa “no poder pagar la pensión de mi hija mayor en el colegio”.

El bloqueo a Buenos Aires

En 1845, el brigadier general Juan Manuel de Rosas gobierna la Confederación Argentina. La escuadra anglo-francesa, integrada por 11 buques de guerra y 40 barcos mercantes, ha invadido aguas territoriales desde principios de noviembre, con el pretexto de “atenuar” las tensiones entre Buenos Aires y Montevideo.

El verdadero objetivo de Gran Bretaña y Francia era navegar libremente por el Río de la Plata y los ramales interiores pertenecientes a su cuenca. Los invasores querían abrir una comunicación directa con Paraguay y, en el trayecto, tener acceso a los mercados de las provincias ribereñas para vender sus productos. Los dos países contaban con el visto bueno de los unitarios, enemigos a muerte de los federales encabezados por Rosas.

En 1843, Florencio Varela había solicitado, como representante de los unitarios en Europa, la intervención armada anglo-francesa. En septiembre de 1845, ambas potencias declararon el bloqueo a Buenos Aires.

Los agresores estaban secundados por una legión internacionalista al mando del italiano Giusseppe Garibaldi, quien remontó el río Uruguay y ocupó Gualeguaychú, en Entre Ríos. El general Justo José de Urquiza capturó a Garibaldi y lo hizo azotar “por actos de piratería”. El legendario soldado de fortuna, que no era cobarde, se cubrió de gloria en otras latitudes pero nunca más regresó al Río de la Plata.

Talla de valientes

Para enfrentar a los atacantes, los criollos se instalan en un paraje conocido como la Vuelta de Obligado (entre los pueblos de San Pedro y Ramallo, hoy provincia de Buenos Aires), donde el río Paraná tiene 700 metros de ancho y una curva muy marcada que dificulta la navegación a vela. El general Lucio Mansilla está al frente de los defensores. Cuentan con 30 cañones -la mayoría de bronce- de calibres 8, 10, 12 y 20, que resultan insignificantes en comparación con la artillería del enemigo: 99 cañones de calibres 24 y 80.

Falta armamento pero sobra ingenio y valentía. Mansilla ordena tender de una orilla a la otra tres gruesas cadenas montadas sobre 24 botes. La barrera está custodiada por Republicano, el único barquito de guerra nacional. En tierra, 2 mil gauchos mal armados y peor comidos constituyen la infantería y la caballería. Los de a pie permanecen cuerpo a tierra, con fusiles de escaso alcance; los montados empuñan sables y lanzas tacuaras.

La pelea dura ocho sangrientas horas. Los argentinos sufren la peor parte: 250 muertos, 400 heridos y 21 cañones destruidos. El propio general Mansilla es lesionado en el estómago por esquirlas de metralla al dirigir una de las cargas. Los atacantes incendian las lanchas que sostienen las cadenas. Cuando el capitán del Republicano ve que no puede enfrentar a las naves enemigas, ordena a su tripulación abandonar el buque y lo hace explotar en el medio del río, para dificultar el avance enemigo.

Ingleses y franceses sufren, en comparación, pocas bajas: 26 muertos y 86 heridos. Pero los daños en sus buques obligan a la escuadra a permanecer 40 días en la Vuelta de Obligado para repararlos. Su triunfo es relativo: logran pasar pero fracasan en su intento de ocupar las costas. Y los barcos mercantes no venden un solo producto.

Unidos contra la agresión extranjera

Las noticias del desigual combate se divulgan por todo el continente. Los gobiernos de Chile y Brasil, hasta entonces adversos a Juan Manuel de Rosas, manifiestan su apoyo a la Confederación Argentina. La prensa de Estados Unidos, país entonces considerado cuna de la democracia americana, elogia al caudillo federal. El general unitario Martiniano Chilavert ofrece unirse a los rosistas para combatir a “los enemigos europeos”.

Otro unitario, Rafael Hernández, hermano del autor de Martín Fierro, describe el enfrentamiento con admiración, dejando de lado intereses partidistas: “Los jefes vencedores al elevar el parte oficial a sus respectivos gobiernos, hacían elogios muy honrosos del valor y perseverancia a nuestros bravos, que morían dando vivas entusiastas a la independencia americana (…). Aquel día fue un verdadero triunfo para las armas de Buenos Aires, por el valor heroico que desplegaron nuestros guerreros, y como combate naval, es uno de los más grandes y gloriosos que se registran”.

El historiador Ernesto Palacio afirma: “Todas las provincias, con sus gobernadores y legisladores, se pronunciaron contra la agresión y ofrecieron sus contingentes para resistir. El glorioso general San Martín escribía desde su retiro poniendo su espada y su persona al servicio de la nación y felicitaba al gobernador de Buenos Aires como defensor de la Independencia Americana” (Historia de la Argentina - 1515-1943, editorial A. Peña Lillo).

Un año después del heroico combate de la Vuelta de Obligado, Alzogaray sigue dando qué hablar. El 19 de noviembre de 1846, recupera -al abordaje, espada en mano y en lucha cuerpo a cuerpo- la goleta Federal, capturada por las fuerzas anglo-francesas y que navegaba por el Paraná con la bandera británica.

El conflicto causa grandes pérdidas comerciales a las dos potencias europeas, que deciden iniciar negociaciones de paz en forma separada. Inglaterra firma un tratado el 24 de noviembre de 1849 y Francia el 31 de agosto del año siguiente.

Una revancha al revés... y con faldas

Rosas fue derrocado por Urquiza en 1850 y partió hacia Inglaterra, donde murió en el exilio. A pesar de su honorable foja de servicios, Alzogaray cayó en desgracia. Las nuevas autoridades lo enviaron lejosdel mar, del puente de mando y de la tropa: terminó en tierra firme, como jefe de correos en Santa Fe. Tiempo después, fue editor del Diario de Operaciones de la Guerra del Brasil.

Álvaro José de Alzogaray falleció el 31 de julio 1879, con el grado de coronel de marina. Ya no era rosista, sino partidario de Bartolomé Mitre. Se había unido a la logia masónica de San Juan de la Fe, en la ciudad entrerriana de Paraná, donde la solidaridad de sus hermanos lo rescató del injusto ostracismo.

Un siglo y medio después, una de sus descendientes, llamada María Julia -hija del insólito ex capitán-ingeniero devenido en economista- “se iba a tomar desquite con la misma fiereza que él peleaba por la pensión que no podía pagar”, afirma Roberto Young en el ensayo Las Rotas Cadenas, publicado en 1993 con el seudónimo de “Santiago Sánchez”. “Su bisabuelo defendió el país a sangre y fuego; ella lo entregó atado de pies y manos. Hizo un paquete con Aerolíneas, ENTel, Somisa y Gas del Estado, y los pícaros gringos no tuvieron inconveniente en aceptar el regalo, seguramente como reparación por las afrentas recibidas en Obligado”.

La ley Nº 20.770 estableció el 20 de noviembre como Día de la Soberanía. No obstante, los historiadores oficiales -reacios a la controvertida figura de Rosas- continúan minimizando hasta el día de hoy el combate de la Vuelta de Obligado. Quizá dentro de cien años elogien a la irreductible María Julia y a su tenaz combate contra los recursos naturales, las empresas nacionales y los trabajadores argentinos.


El forajido.-

En las primeras horas del 28 de junio de 1966, cumpliendo su amenaza, las fuerzas armadas ingresan a la Casa Rosada. El general Julio Alsogaray, hermano del famoso economista, es el encargado de intimar al presidente. En esas circunstancias, se produjo un recordado diálogo:

Alsogaray: “En representación de las Fuerzas Armadas vengo a pedirle que abandone este despacho”.

Illia: “Usted no representa a las Fuerzas Armadas, sólo representa a un grupo de insurrectos. Usted y quienes lo acompañan actúan como asaltantes nocturnos, que, como los bandidos aparecen de madrugada”.

Alsogaray: “Lo invito a retirarse. No me obligue a usar la violencia”.

Illia: “¿De qué violencia me habla? La violencia la acaban de desatar ustedes. El país les recriminará siempre esta usurpación”.

Finalmente, el presidente Illia fue sacado por la fuerza de la casa de gobierno y los militares se hicieron cargo del poder. El 30, asumió el nuevo presidente, Juan Carlos Onganía, jurando sobre los estatutos de la autodenominada "Revolución Argentina". En la ceremonia estuvieron presentes notorios dirigentes sindicales peronistas, como el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor.


Golpe de Estado del 66:

Illia se encotraba en su despacho firmando una foto suya, cuando en ese momento, entra el General Alsogaray e intenta arrebatarle la foto:

-General: Deje eso, permitame…

-Varias voces: no interrumpa al señor presidente.

-Illia: Cállese, esto es mucho más importante que lo que uds. Acaban de hacer a la República. Yo no lo reconozco. ¿Quién es usted?

-General: Soy el General Alsogaray.

-Illia: Espérese, estoy atendiendo a un ciudadano, (dirigiéndose a la persona que buscaba la foto autografiada) ¿Cuál es su nombre amigo?

-General: Respéteme.

-Persona: (dirigiendose al presidente) Miguel Angel Lopez.

-Illia: (Al concluir de firmar la fotografía) Éste muchacho es mucho mas que usted, es un ciudadano digno y noblre. ¿Qué es lo que quiere?

-General: Vengo a cumplir ordenes del comandante en jefe.

-Illia: El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas soy yo, mi autoridad emana de esa Constitución, que nostotros hemos cumplido y que usted ha jurado cumplir. A lo sumo usted es un general sublevado que engaña a sus soldados y se aprovecha de esa juventud que no quiere ni siente esto.

-General: En representación de las Fuerzas Armadas vengo a pedirle que abandone este despacho. La escolta de Granaderos lo acompañará.

-Illia: Usted no representa a las Fuerzas Armadas, solo representa a un grupo de insurrectos. Ud. Ademas es un usurpador que se vale de la fuerza de los cañones y de los soldados de 1a Constitución para desatar la fuerza contra la misma Constitución y la ley. Usted y quienes lo acompañan actúan como salteadores nocturnos, que como bandidos aparecen de madrugada.

-General: Señor pres… (Rectificándose), Dr. Illia.

-Varias Voces: Señor Presidente!!!

-General: Con el fin de evitar actos de violencia lo invito nuevamente a que haga -abandono de la Casa.

-Illia: ¿De que violencia me habla? La violencia la acaban de desatar ustedes en la Republica, yo he predicado en todo el la paz entre argentinos, he asegurado en todo el país la libertad y Uds. No han querido hacerse eco de mi predica. Uds no tienen nada que ver con el ejército de San Martín y de Belgrano, le han causado muchos males a la Patria y le seguirán causando con estos actos. El país les recriminará siempre esta usurpación y hasta dudo que sus propias conciencias puedan explicar lo hecho.

-Persona de civil: (acompañante del General) Hable por usted, y no por mi.

-Illia: ¿Y usted quién es, señor?

-Persona de civil: (soportando un gesto de reprobación del Gral. Alsogaray imponiéndole silencio): Soy el Coronel Perlinger.

-Illia: Yo hablo en nombre de la patria, no estoy aquí para ocuparme de intereses personales sino elegido por el Pueblo para trabajar por él, por la grandeza del país y la defensa de la ley y de la Constitución Nacional. Uds. se escudan cómodamente en la fuerza de los cañones. Ud. General es un cobarde que mano a mano no sería capaz de ejecutar semejante atropello.

-General: Usted esta llevando las cosas a un terreno que, entiendo, no corresponde.

-Illia: Con este proceder quitan ustedes a la juventud y al futuro de la República la paz, la legalidad y el bienestar

-General: Dr. Illia su integridad física está asegurada.

-Illia: Mi bienestar personal no me interesa. Me quedo trabajando en el lugar que me indica la ley y mi deber. Como comandante en jefe le ordeno que se retire.

General: recibo ordenes de las Fuerzas Armadas.

-Illia: El único jefe supremo de las Fuerzas Armadas soy yo. Ustedes son insurrectos, retírense.

Se retiraron, y a eso de las 6 de la mañana ingresa un grupo de militares, entre ellos el coronel Perlinger:

-Coronel: Dr. Illia, en nombre de las Fuerzas Armadas vengo a decirle que ha sido destituido.

-Illia: Ya le he dicho al general que ustedes no representan las Fuerzas Armadas, a lo sumo, constituyen una fracción levantada contra la Ley y la Constitución.

-Coronel: Me rectifico…, en nombre de las fuerzas que poseo.

Illia: Traiga esas fuerzas.

-Coronel: No lleguemos a eso.

-Illia: Son ustedes los que llegan a emplear la fuerza, no yo.

Se retiró el coronel con sus acompañantes, volviendo a ingresar a las 7:25 a.m.

-Coronel: Señor Illia, su integridad física está plenamente asegurada, pero no puedo decir lo mismo de las personas que aquí se encuentran. UD. Puede quedarse, los demás serán desalojados por la fuerza.

-Illia: Yo se que su conciencia le va a reprochar lo que está haciendo. A muchos de ustedes les dará vergüenza cumplir las órdenes que les imparten estos indignos que ni siquiera son sus jefes. Algún día contarán a sus hijos estos momentos. Sentirán vergüenza. Ahora, como en otra tiranía, cuando nos venían a buscar a nuestras casas, también de madrugada, se da el mismo argumento de entonces para cometer aquellos atropellos: Cumplimos órdenes.

-Coronel: usaremos la fuerza.

-Illia: Es lo único que tienen

-Coronel: Dos oficiales a custodiar a Illia, los demás avancen y desalojen el salón.

Illia rechazó el auto oficial, y se fue a la casa de su hermano en taxi. Años después rechazaría la jubilación presidencial.

En 1976 el Coronel Perlinger publicó una carta haciendo reconocimiento de su error:

“Hace 10 años el Ejército me ordenó que procediera a desalojar el despacho presidencial. Entonces el doctor Illia serenamente avanzó hacia mí y me repitió varias veces: Sus hijos se lo van a reprochar. ¡Tenía tanta razón! Hace tiempo que yo me lo reprocho porque entonces caí ingenuamente en la trampa de contribuir a desalojar a un movimiento auténticamente nacional.
Usted me dio esa madrugada una inolvidable lección de civismo. El público reconocimiento que en 1976 hice de mi error; si bien no pude reparar el daño causado, da a usted, uno de los grandes demócratas de nuestro país, la satisfacción de que su último acto de gobierno fue transformar en auténtico demócrata a quien lo estaba expulsando por la fuerza de las armas de su cargo constitucional.

addenda : granaderos
En junio de 1955 vemos al Regimiento combatiendo para defender la Casa de Gobierno de las fuerzas de la Marina que se han sublevado contra el presidente Perón y que la atacan por tierra y por aire. En 1962, el Jefe del Regimiento junto con el Secretario de Guerra, ofrecen al Presidente Frondizi –el día antes del golpe que lo derroca-, atrincherarse en el cuartel de la unidad y desde ahí resistir. En 1966, la negativa del Teniente que está a cargo de la guardia de la Casa de Gobierno a no defenderla (se niega a "no defenderla") la noche del golpe contra Illia, demora varias horas su derrocamiento. En las dramáticas horas de la crisis 2001-2002 si los efectivos del Regimiento no se hubieran desplegado alrededor de la Casa de Gobierno para protegerla, la sede del Poder Ejecutivo podría haber tenido la misma suerte que el Congreso, que fue saqueado.
Todo ello pone en evidencia que la función del Regimiento Escolta no ha sido sólo ceremonial o simbólica, ya que a lo largo de su historia ha cumplido efectivamente con la misión de custodiar al Presidente, a la Casa de Gobierno y a la Residencia Presidencial de Olivos.


El principal promotor del liberalismo económico en la Argentina moderna.-

Álvaro Carlos Alsogaray (Esperanza, Santa Fe, 22 de junio de 1913Buenos Aires, 1 de abril de 2005) fue un político, economista y militar argentino, uno de los principales promotores del liberalismo económico en la Argentina moderna.

viernes, 2 de mayo de 2008

Most Wanted Terrorists Banner
MURDER OF U.S. NATIONALS OUTSIDE THE UNITED STATES; CONSPIRACY TO MURDER U.S. NATIONALS OUTSIDE THE UNITED STATES; ATTACK ON A FEDERAL FACILITY RESULTING IN DEATH

KAISER SOZE

Kaiser_soze_1

Aliases: Verbal Kint

DESCRIPTION

Date of Birth Used: 1957 Hair: Brown
Place of Birth: Bucharest Eyes: Brown
Height: 6'4" to 6'6" Sex: Male
Weight: Approximately 160 pounds Complexion: Olive
Build: Thin Citizenship: Ruman, american
Language: English, spanish, ruman, others
Scars and Marks: None known
Remarks: is left-handed and simulates walks with a dificult

REWARD

The Rewards For Justice Program, United States Department of State, is offering a reward of up to $8.5 million for information leading directly to the apprehension or conviction of Kaiser Soze.

SHOULD BE CONSIDERED ARMED AND DANGEROUS

IF YOU HAVE ANY INFORMATION CONCERNING THIS PERSON, PLEASE CONTACT YOUR LOCAL FBI OFFICE OR THE NEAREST AMERICAN EMBASSY OR CONSULATE.



Tutorial: construccion de parrillita para el fondo -2

Por "El Arquitecto"

Marcación y Bases

Marcación y Bases



Con estacas y cuerdas, marcá en el terreno, el dibujo de la base que tendrá la parrilla.
En los extremos de las paredes hacé pozos de 35 cm. de lado y de profundidad. Hacé otros pozos intermedios, de tal forma que estos no queden a más de 50 cm. entre si.

Uní los pozos con mezcla y sobre ella colocamos la primera hilada de ladrillos. Los ladrillos ya colocados dan la base para colocar, al día siguiente, las reglas para levantar la pared.

miércoles, 30 de abril de 2008

Tutorial: construccion de parrillita para el fondo -1

Previo a la construcción

Antes de comenzar a construir la parrilla es importante saber que si vas a hacerla sobre la medianera, deberás tener en cuenta que de los 30 cm que tiene la pared, solo te corresponden 15 cm.


El Arquitecto.

Batalla de los dioses: Crisópolis

Batalla de Crisópolis: Cristo vs. Jupiter


El Crismón o Lábaro, estandarte militar de Constantino tras su conversión.

El Crismón o Lábaro, estandarte militar de Constantino tras su conversión.

In Hoc Signo Vinces: con este signo vencerás


Seguramente Constantino sea más conocido por ser el primer emperador romano que permitió el libre culto a los cristianos. Los historiadores cristianos desde Lactancio se decantan por un Constantino que adopta el cristianismo como sustituto del paganismo oficial romano.
En 320, Licinio, emperador de la parte oriental del Imperio, renegó de la libertad de culto promulgada en el Edicto de Milán en 313 e inició una nueva persecución de los cristianos. Esto derivó en una disputa con Constantino en el oeste, que tuvo su clímax en la gran guerra civil de 324. Los ejércitos implicados fueron tan grandes que no se tiene constancia en Europa de una movilización similar al menos hasta el siglo XIV. Licinio, ayudado por mercenarios godos, representaba el pasado y la antigua fe del paganismo, marchando con los estandartes de Jupiter Tonante. Constantino y sus francos marcharon bajo el estandarte cristiano del Lábaro, y ambos bandos concibieron el enfrentamiento como una lucha entre religiones. Supuestamente rebasados en número, aunque enaltecidos por su celo religioso, el ejército de Constantino resultó finalmente victorioso, primero en la batalla de Adrianópolis en 324 y más tarde su hijo Crispo dio el golpe de gracia a Licinio en la batalla naval de Crisópolis. Ahora era el único emperador de un Imperio Romano reunificado. (MacMullen 1969)